El ají de gallina es un clásico de la cocina criolla peruana: cremoso, sabroso y reconfortante. Su salsa amarilla, hecha con ají amarillo, pan remojado y leche evaporada, abraza hebras de gallina tierna. Aquí te comparto la versión casera, tradicional, paso a paso, como la servimos en el Perú.
Ingredientes
- 1 kg de pechuga de gallina con hueso
- 1.5 litros de agua
- 1 cdta de sal (ajustar al gusto)
- 45 ml de aceite vegetal
- 150 g de cebolla roja picada finamente
- 30 g de ajo molido (2 cda)
- 80 g de pasta de ají amarillo (4 cda)
- 120 g de pan francés del día anterior (2 panes pequeños)
- 240 ml de leche evaporada
- 360–480 ml de caldo reservado de la cocción
- 30 g de queso parmesano rallado (3 cda)
- 1/2 cdta de pimienta negra molida
- 1 pizca de nuez moscada
Acompañamiento
- 900 g de papa amarilla sancochada
- 150 g de aceitunas negras de botija (aprox. 12 unidades), para servir
- 180 g de huevo sancochado (aprox. 3 unidades), para servir
- 4 tazas de arroz blanco graneado, para acompañar
Utensilios
- Olla grande con tapa
- Sartén u olla ancha
- Licuadora
- Cuchara de palo
- Cuchillo y tabla
Preparación
- Coloca la pechuga de gallina en una olla con 1.5 litros de agua y 1 cdta de sal. Lleva a ebullición, espuma la superficie y cocina a fuego medio hasta que esté tierna, 50–60 minutos. Cuela y reserva 480–720 ml del caldo. Deja entibiar la carne.
- Deshilacha la gallina en hebras medianas, retirando piel y huesos. Mantén la carne humectada con 60–90 ml del caldo reservado para que no se seque mientras avanzas con el aderezo. Conserva el resto del caldo caliente para ajustar la salsa.
- Parte el pan francés en trozos y remójalo con 240 ml de leche evaporada por 10 minutos. Licúa hasta obtener una crema espesa y lisa. Si quedara muy densa, añade 60–120 ml del caldo reservado y vuelve a licuar hasta lograr textura cremosa.
- Calienta 45 ml de aceite en una olla ancha. Sofríe 150 g de cebolla roja a fuego medio-bajo por 8–10 minutos, hasta que transparente y quede dulce. Agrega 30 g de ajo molido y cocina 1–2 minutos, removiendo para que no se queme.
- Incorpora 80 g de pasta de ají amarillo al aderezo. Cocina, sin apuro, 5–7 minutos, moviendo hasta que el ají pierda la sensación cruda y el aceite se separe ligeramente. Este punto asegura color, aroma y sabor auténticos del ají de gallina.
- Vierte la crema de pan licuada sobre el aderezo y mezcla. Añade, poco a poco, 240–360 ml del caldo reservado, moviendo con cuchara de palo para obtener una salsa espesa, brillante y homogénea que cubra la cuchara. Mantén el fuego bajo para evitar que se corte.
- Agrega la gallina deshilachada y mezcla con suavidad para no romper las hebras. Sazona con 1/2 cdta de pimienta negra, 1 pizca de nuez moscada y rectifica la sal. Incorpora 30 g de queso parmesano rallado y cocina 8–10 minutos, a fuego bajo, para integrar sabores.
- Si la salsa espesa demasiado, agrega chorritos de caldo caliente (30–60 ml por vez) hasta llegar a la cremosidad deseada. Si quedara muy suelta, cocina unos minutos más, moviendo, hasta que tome cuerpo. Debe quedar untuosa, no líquida.
- Sancocha las papas amarillas con cáscara en agua fría con sal hasta que estén tiernas, 25–30 minutos. Pélalas tibias y córtalas en rodajas. Sancocha los huevos 10 minutos desde hervor, enfría, pela y corta en mitades o cuartos para el emplatado.
- Apaga el fuego y deja reposar el ají de gallina 5 minutos tapado. Este breve reposo asienta la salsa y equilibra sal y picor. Si notas que se ha espesado al reposar, ajusta con un chorrito adicional de caldo y mezcla nuevamente.
- Para servir, coloca una cama de rodajas de papa amarilla. Cubre con una porción generosa de ají de gallina. Decora con aceitunas de botija y gajos de huevo sancochado. Acompaña con 1 taza de arroz blanco graneado por persona.
- Prueba y corrige el punto final de sal y pimienta. El plato debe sentirse cremoso, fragante a ají amarillo, con la gallina jugosa y bien integrada a la salsa. Sirve caliente y disfruta de su sabor criollo casero.
Tips tradicionales
- Si consigues gallina criolla, úsala: aporta sabor profundo. Cocina sin prisa y humecta la carne con caldo tibio al deshilachar.
- Sofríe bien el ají amarillo hasta que pierda crudeza; ese “ojo” de aceite separándose es señal de buen aderezo.
- El pan francés del día anterior da cuerpo y sabor equilibrado. Remójalo en leche evaporada para lograr textura sedosa y auténtica.
- Mueve con cuchara de palo y evita hervor fuerte después de añadir leche para que la salsa no se corte.
- Deja reposar unos minutos antes de servir; el sabor se asienta y la salsa obtiene mejor consistencia.
Cómo servir y acompañar
En Perú se sirve caliente, en plato hondo, sobre rodajas de papa amarilla sancochada, coronado con aceitunas de botija y huevo sancochado. Al lado, arroz blanco graneado, seco y suelto, para balancear la salsa. Es plato de almuerzo familiar, contundente y muy casero.
Beneficios
- Aporta proteínas de calidad de la gallina, fundamentales para saciedad y estructura muscular dentro de una dieta equilibrada.
- Combina carbohidratos de papa y arroz, fuente de energía sostenida ideal para un almuerzo completo y reconfortante.
- La leche evaporada y el queso brindan calcio y cremosidad, enriqueciendo el perfil nutricional sin recurrir a técnicas complejas.
- El ají amarillo suma color, aroma y una picardía moderada, ayudando a potenciar el sabor con bajo aporte calórico.
Origen y tradición
El ají de gallina es emblema criollo con fuerte arraigo en Lima, donde el uso de ají amarillo se integró a técnicas coloniales que espesan con pan y lácteos. Se disfruta en menús caseros, huariques y celebraciones como Fiestas Patrias, bautizos y cumpleaños, siempre como plato principal.
Preguntas frecuentes
¿Puedo usar pollo en lugar de gallina?
Sí. El pollo cocina más rápido y queda más suave; reduce la cocción a 25–35 minutos según tamaño. Mantén parte del caldo para ajustar la salsa y procura deshilachar cuando aún esté tibio, así se conserva jugoso. El resultado sigue siendo sabroso y muy casero.
¿Cómo consigo el color amarillo intenso sin exagerar el picante?
Usa una pasta de ají amarillo de buena calidad y sofríela el tiempo suficiente para fijar color. Retira venas y pepas si usas ají fresco. Ajusta picor con caldo y pan remojado; evita palidecer la salsa añadiendo demasiada leche de golpe.
¿Se puede preparar con anticipación?
Claro. Queda incluso mejor al reposar. Guárdalo refrigerado en recipiente hermético, hasta 48 horas. Recalienta a fuego bajo, incorporando 60–120 ml de caldo o leche evaporada para devolver cremosidad. Evita hervir fuerte para que no se corte ni se reseque la gallina.
¿Qué hago si quedó muy espeso o muy ralo?
Si está muy espeso, afloja con chorritos de caldo caliente o un poco de leche evaporada, moviendo. Si quedó ralo, cocina a fuego bajo unos minutos, sin tapa, hasta que espese. Ajusta sal y pimienta al final para mantener el sabor equilibrado.
¿Cómo evitar que amargue el ají?
Elimina venas y pepas si usas ají fresco y blanquéalo brevemente si es necesario. Sofríe la pasta el tiempo justo hasta que pierda crudeza y el aceite separe. Evita quemar el aderezo; el amargor suele venir de ajo o ají sobrecocido en fuego alto.
Con esta receta de ají de gallina lograrás una salsa amarilla cremosa, aromática y bien balanceada, tal como se disfruta en los hogares peruanos. Anímate a prepararla con calma, cuida el aderezo y sirve con papas y arroz graneado. Verás cómo conquista la mesa de inmediato.
Datos de la receta
Cocina: | Peruana |
Categoría: | Plato Principal |
Dificultad: | Media |
Rinde: | 6 raciones |
Calorías por ración: | 691 kcal |
Tiempo de preparación: | 25min |
Tiempo de cocción: | 10min |
Tiempo total: | 35min |
Última actualización: 25 de Septiembre, 2025
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