El tarwi o chocho (Lupinus mutabilis) es una leguminosa andina emblemática, valorada por su alto contenido proteico y su resistencia al clima de altura. En el Perú, tiene significado agrario y cultural, pues nutre familias campesinas, mejora suelos y simboliza la diversidad biocultural serrana.
Clasificación científica
Pertenece a la familia de las leguminosas y comparte rasgos con altramuces europeos, aunque el tarwi andino destaca por sus semillas grandes y aceitosas. Su clasificación botánica ayuda a diferenciarlo de otras especies del género Lupinus y a comprender su adaptación a ambientes montanos.
Taxonomía | Información |
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Reino: | Plantae |
División: | Magnoliophyta (Angiospermas) |
Clase: | Magnoliopsida (Eudicotiledóneas) |
Orden: | Fabales |
Familia: | Fabaceae (Leguminosae) |
Género: | Lupinus |
Especie: | Lupinus mutabilis |
Nombre científico: | Lupinus mutabilis Sweet |
Descripción y características
Es una planta herbácea erecta que alcanza entre 0,8 y 2 metros de altura, robusta y ligeramente pubescente. Presenta hojas palmeadas con 7 a 11 foliolos alargados, de verde glauco. Los racimos florales son vistosos y densos, predominando tonos blancos, azules, lilas y bicolores.
Las vainas miden entre 5 y 12 centímetros, contienen pocas semillas grandes, de cubierta crema moteada. Los granos concentran proteína y aceite, pero también alcaloides amargos que exigen desamargado. Se distingue de lupinos “dulces” por su tamaño de semilla, variabilidad floral y aroma agradable del racimo.
Ciclo de vida
Es un cultivo anual de ciclo medio a largo, que completa su desarrollo en 6 a 10 meses según altitud. La polinización es principalmente entomófila, con abejas atraídas por néctar y fragancia. Fija nitrógeno mediante nódulos radiculares, mejora el suelo y deja rastrojos valiosos.
Hábitat y distribución
En el Perú prospera sobre todo en la sierra, entre 2 500 y 3 800 metros, en laderas bien drenadas y climas templado-fríos. Es rústico, tolera suelos pobres y heladas moderadas. En la costa sólo se cultiva puntualmente con riego, y en selva alta aparece de forma limitada.
Es característico de agroecosistemas tradicionales de Ancash, Huánuco, Ayacucho, Cusco y Puno, en valles interandinos, matorrales altoandinos y zonas de puna adyacentes a parcelas campesinas. Más que en parques nacionales, se observa en campos comunitarios y andenes, donde convive con papa, quinua y cebada.
Origen y domesticación
El tarwi fue domesticado en los Andes centrales hace siglos, antes del periodo incaico, a partir de parientes silvestres de Lupinus. Comunidades quechuas y aymaras seleccionaron granos más grandes y menos amargos, consolidando ecotipos locales. Perú, Bolivia y Ecuador conforman su centro de origen y diversidad.
Otros nombres o denominaciones
Según la región recibe múltiples nombres: tarwi, tarhui o tauri (quechua y aimara), chocho, lupino andino, altramuz y “soya de los Andes”. En ámbitos académicos se reconoce como Lupinus mutabilis; en mercados locales suele venderse como chocho remojado y listo para consumir.
Usos y propiedades
Destaca por su grano denso en proteínas (aproximadamente 40–50%) y aceites saludables, comparable a la soya. Tras el desamargado, se integra a guisos, sopas y pastas untables. Además, su biomasa sirve como abono verde y sus flores lucen bien en huertos de altura.
Para orientarte, estos son sus usos principales:
- Alimentario: tras el desamargado, se consume en ensaladas, cremas, guisos, harinas, bebidas vegetales y hasta ceviches (ceviche de chochos o tarwi), aportando proteína completa al combinarse con cereales.
- Agronómico: fija nitrógeno, mejora la estructura del suelo y funciona como abono verde en rotaciones con papa y cereales.
- Funcional: alto en proteína y fibra; contribuye a saciedad. Requiere procesamiento para reducir alcaloides naturales antes del consumo.
- Industrial: harinas y aceites comestibles; existe investigación para bioproductos y biocombustibles a partir de su fracción oleosa.
- Cultural: símbolo de alimentación andina; rescates comunitarios conservan semillas nativas y promueven ferias gastronómicas.
Importancia ecológica y cultural
Como leguminosa fijadora de nitrógeno, el tarwi enriquece suelos andinos, reduce la erosión y aporta cobertura entre campañas. Sus flores sostienen polinizadores nativos y abejas manejadas. Culturalmente, simboliza soberanía alimentaria andina y conocimientos campesinos sobre manejo de suelos, agua, semillas y calendarios agrícolas.
Conservación y amenazas
No cuenta con una categoría global específica en la UICN para la especie cultivada; en Perú no se considera amenazada. Sin embargo, enfrenta erosión genética por abandono de variedades locales, enfermedades como antracnosis, heladas extremas y mercados inestables que desincentivan su siembra en zonas altoandinas.
Detalles de interés
Más allá de sus beneficios agronómicos y nutricionales, el tarwi guarda detalles llamativos que sorprenden a visitantes de los Andes y amantes de la botánica. Estas curiosidades ayudan a entender su biología y su lugar en la alimentación andina contemporánea y tradicional.
- El desamargado tradicional alterna hervidos y lavados en agua corriente hasta disminuir los alcaloides a niveles seguros para el consumo.
- Su aceite es rico en ácidos oleico y linoleico, perfil apreciado en alimentación saludable y objeto de estudios de aprovechamiento.
- Los racimos muestran flores de distintos colores en una misma planta, variando con la madurez y condiciones ambientales.
- En rotación con papa, ayuda a reducir la necesidad de fertilizantes nitrogenados en la campaña siguiente gracias a la fijación biológica.
Preguntas frecuentes
¿Cómo se quita el amargor del tarwi?
El desamargado se logra con remojo prolongado y cambios de agua, idealmente en corriente limpia. Combina hervidos cortos con enjuagues sucesivos hasta que el agua salga clara y el grano resulte suave. No se consume crudo: los alcaloides deben reducirse mediante este proceso doméstico.
¿Qué valor nutricional tiene el tarwi?
El grano desamargado aporta alrededor de 40–50% de proteína, 14–24% de aceite y buena cantidad de fibra. Es naturalmente libre de gluten. Su perfil graso destaca por ácidos oleico y linoleico. Como toda leguminosa, complementa cereales y tubérculos en dietas andinas.
¿En qué preparaciones se consume en el Perú?
Tras el desamargado, se usa en guisos, cremas espesas, sopas y ensaladas según la región. También se muele para elaborar harinas que enriquecen panes y mazamorras. Su sabor suave permite adaptarlo a pastas untables tipo hummus andino y rellenos vegetales nutritivos.
¿Tiene contraindicaciones o riesgos?
Personas alérgicas a lupino o con sensibilidad a maní podrían presentar reacciones cruzadas; conviene precaución. No consuma semillas sin desamargar por su contenido de alcaloides amargos. En niños pequeños, introducir gradualmente. Ante dudas médicas o dietas especiales, consulte a profesionales de salud o nutrición.
Conclusión
Proteger y revalorar el tarwi o chocho implica salvaguardar variedades nativas, prácticas agroecológicas y saberes campesinos. Esta leguminosa nutre personas, suelos y polinizadores; fortalecer su cultivo diversifica paisajes andinos y aporta resiliencia climática, contribuyendo a una biodiversidad peruana viva, productiva y culturalmente significativa.
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