El Día de la Canción Criolla en Perú se celebra cada año el 31 de octubre. Es una conmemoración cultural de alcance nacional que rinde homenaje a la música criolla, sus compositores e intérpretes. Su vigencia reúne identidades, barrios y generaciones alrededor del vals criollo, la guitarra y el cajón.
Origen e historia
Nació en 1944, durante el gobierno de Manuel Prado y Ugarteche, cuando el Estado instituyó la fecha para revalorar el cancionero costeño. La medida, oficializada por resolución, reconocía a autores como Felipe Pinglo y a intérpretes populares, afirmando la identidad urbana limeña en tiempos de modernización y migraciones.
Al año siguiente se fijó el 31 de octubre, evitando coincidir con la procesión del Señor de los Milagros que caracteriza el mes morado. Con ese ajuste, la celebración ganó visibilidad propia y un lugar destacado en la agenda cultural, extendiéndose progresivamente a colegios, radios, peñas y teatros del país.
Con el tiempo, el día incorporó expresiones afroperuanas y costeñas, visibilizó a cultores y reforzó el circuito de peñas criollas. La radio, luego la televisión y hoy las plataformas digitales, ampliaron su alcance. Así, la efeméride se volvió una cita anual para escuchar, aprender y compartir repertorio tradicional y nuevo.
Significado y propósito
Este día enaltece valores de identidad, memoria y mestizaje, presentes en el diálogo de la guitarra y el cajón, la poesía del vals y el ritmo costeño. Invita a reconocer la herencia de raíces españolas, africanas y andinas, y a celebrar la creatividad popular que da forma a la peruanidad.
Su propósito es preservar y difundir el repertorio criollo, incentivar nuevas composiciones y asegurar el relevo generacional. No tiene un lema oficial único, pero su mensaje recurrente es orgullo y pertenencia: “Que viva la música criolla”, dicho que resume la voluntad de cantar y seguir contándonos como país.
Cómo se celebra
Durante la jornada, ciudades y barrios organizan encuentros formales y espontáneos. Se escuchan guitarras, voces y palmas, se alistan banderines y se viste de morado y blanco en algunos lugares. Entre las actividades más comunes están, según la localidad y el aforo, las siguientes prácticas y celebraciones destacadas:
- Serenatas y peñas criollas con valses, marineras y polkas.
- Conciertos en plazas, teatros y centros culturales.
- Homenajes a intérpretes y compositores emblemáticos (Chabuca Granda, Lucha Reyes, Óscar Avilés, Augusto Polo Campos).
- Actividades escolares: declamaciones, coros, concursos de canto y baile.
- Programas radiales y televisivos especiales, y maratones musicales en plataformas.
- Gastronomía criolla en ferias y restaurantes, con anticuchos, causa y picarones.
En Lima, distritos como Rímac, Barranco o Barrios Altos reúnen a cultores en balcones, plazas y peñas. En el Callao se organizan recitales cercanos al puerto. En el norte, Trujillo y Piura suman marinera y tondero; al sur, Arequipa y Moquegua realzan repertorios locales junto a valses clásicos.
También hay iniciativas institucionales: ministerios y municipalidades programan festivales, circuitos de peñas y reconocimientos públicos. Los museos ofrecen charlas y muestras. En lo digital, abundan playlists, sesiones en vivo y retos de canto. Escuelas y universidades impulsan talleres para que nuevas generaciones conozcan letras, estilos e intérpretes fundamentales.
Importancia y reflexión
Más que un homenaje musical, es una práctica de memoria colectiva que fortalece la cohesión social. Acerca generaciones, transmite repertorios y legitima oficios artísticos. Al rescatar versos y melodías de la vida cotidiana, preserva un patrimonio que, sin vitrinas, sigue habitando cocinas, callejones, plazas y escenarios del Perú.
Se vincula además con temas actuales: interculturalidad y respeto a la diversidad; participación de mujeres creadoras; economía cultural y trabajo digno; salud emocional a través del canto colectivo. Revalorizar la canción criolla implica tender puentes entre tradición y presente, para que la creatividad popular dialogue con nuevas audiencias y tecnologías.
Variantes y curiosidades
Perú celebra también otros homenajes musicales, como jornadas dedicadas a la cumbia, el huayno y el folklore andino, que dialogan con el universo criollo. En el mundo, múltiples países reservan fechas para sus músicas tradicionales, recordando que el patrimonio sonoro es diverso, cambiante y profundamente arraigado en la vida social.
Curiosamente, el 31 de octubre coincide con el fallecimiento de Lucha Reyes en 1973, hecho que tiñe la fecha de emoción. Entre canciones emblemáticas que suelen sonar destacan La flor de la canela, El plebeyo y Contigo Perú, himnos populares que conectan generaciones en escenarios y hogares.
Otra curiosidad que distingue al Día de la Canción Criolla es que comparte fecha con el Día de Halloween, ambos celebrados el 31 de octubre. Mientras Halloween, de origen anglosajón, se ha popularizado en las ciudades peruanas desde fines del siglo XX, el Día de la Canción Criolla representa una expresión profundamente nacional, dedicada a la música y el espíritu del Perú. Esta coincidencia ha dado lugar a un contraste singular en las calles, donde se mezclan los disfraces y dulces con las guitarras, cajones y valses criollos, reflejando la diversidad cultural del país.
Preguntas frecuentes (FAQs)
¿Cuándo se celebra el día de la canción criolla en Perú?
Se conmemora el 31 de octubre de cada año en todo el territorio peruano. La fecha quedó establecida oficialmente a mediados de los años cuarenta y, con el tiempo, se consolidó como una de las celebraciones culturales más queridas, paralela a otras expresiones del mes morado en Lima.
¿Por qué se celebra el día de la canción criolla en Perú?
Porque busca honrar y difundir la música criolla, sus historias, sus autores y sus intérpretes. La jornada promueve el orgullo por el vals criollo y ritmos costeños, preserva tradiciones, y fomenta que nuevas generaciones conozcan letras y melodías que narran la vida cotidiana de ciudades y barrios.
¿Qué actividades se realizan durante esta fecha?
Se realizan serenatas, peñas y conciertos; homenajes a figuras emblemáticas; festivales en plazas y teatros; programas especiales en radio, televisión y plataformas; y actividades escolares con concursos y talleres. También abundan rutas gastronómicas criollas que acompañan la música con platos tradicionales, reuniendo familias, vecinos y visitantes en ambientes festivos.
¿Quién instauró esta celebración?
Fue instaurado por el Gobierno del Perú en 1944, durante la presidencia de Manuel Prado y Ugarteche. Al año siguiente se estableció oficialmente el 31 de octubre para evitar la coincidencia con la procesión del Señor de los Milagros, otorgándole a la efeméride un espacio propio en la agenda cultural.
Celebrar el Día de la Canción Criolla es afirmar quiénes somos y de dónde venimos. Al entonar un vals o palmear un festejo, renovamos lazos, historias y afectos. Mantener viva esta tradición asegura que la voz del Perú siga contando su memoria compartida, con orgullo, cariño y esperanza.
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